A pesar de que hoy es un ícono en la industria del cine, el camino de Arnold Schwarzenegger hacia el estrellato estuvo lleno de desafíos.
En su juventud se destacó como fisicoculturista de renombre, pero su ambición lo llevó a explorar el mundo de la actuación en la década de los setenta.
Sin embargo, muchos productores, directores, ejecutivos y agentes de la época no compartieron su visión y se burlaron de sus aspiraciones. Según Schwarzenegger, hubo tres razones principales por las que los críticos pronosticaron su fracaso en Hollywood.
De acuerdo con el relato de Arnold Schwarzenegger, la primera objeción se centró en su imponente físico. Muchos le dijeron que los espectadores no querían ver cuerpos musculosos en pantalla.
«Me decían: ‘Mira las estrellas de hoy… Dustin Hoffman, Al Pacino, De Niro, Woody Allen. Esos son los símbolos sexuales. La gente no quiere ver músculos grandes. Pesas 45 kilos de más. Olvídalo'», narró el protagonista de Terminator en una reciente entrevista en el podcast Literally! del actor Rob Lowe.
Otra crítica importante se centró en su acento alemán, que muchos consideraban aterrador, pues era relacionado con los nazis, lo que limitaba sus oportunidades en la industria. «Alguien me dijo: ‘Puedes interpretar a un oficial nazi o algo así, y que eso estaría bien, pero no puedes salirte con la tuya'», comentó.
Finalmente, otra de las dificultades que le presentaron fue la complejidad de su apellido, «Schwarzenegger», que a menudo era objeto de burlas.
«‘Nadie sería capaz de pronunciar Schwarz… ¿Cómo te llamas? Schnitzel, ¿o algo así?’. Así que se burlaban de mí. Y esas son las tres cosas por las que no funcionaría», concluyó el exgobernador de California.